Los seres humanos poseen seis envolturas de energía, conocidas como cuerpos energéticos o cuerpos sutiles, que se superponen, se interconectan, rodean e impregnan el cuerpo físico, formando lo que comúnmente se denomina «aura» o campo energético humano.
Cada aura tiene una frecuencia única, similar a una huella digital, con el polo positivo ubicado en la cabeza y el polo negativo en los pies, conectados por un flujo de energía que circula entre ellos.
El campo energético está compuesto por siete capas, cada una con una vibración más elevada que la anterior. Estas capas cambian de color, forma y apariencia según diversos factores. Las capas más cercanas al cuerpo físico contienen energías densas que incluso pueden sentirse al tacto. De los seis cuerpos sutiles que rodean el mundo material, tres están vinculados al plano físico y los otros tres al plano espiritual.
La energía de la tierra fluye a través de los chakras inferiores, anclando el espíritu en la realidad física, mientras que la energía del universo atraviesa los chakras superiores, influyendo en los pensamientos, sentimientos y percepciones espirituales.
Las alteraciones en estos cuerpos energéticos pueden ser indicativas de problemas físicos, psicológicos, emocionales, espirituales o energéticos. Por lo tanto, el ser humano no se limita únicamente al cuerpo físico. Cada uno de estos cuerpos está asociado a un chakra específico, que actúa como una puerta de entrada y salida de energía.
Un comentario
Todo es energía, todo está conectado. Si no hay equilibrio energético el cuerpo físico se deteriorará. Siempre hay algo nuevo que aprender o recordar. Gracias por compartir.